Resumen:
Uno de los objetivos más importantes de los bancos centrales es
el mantener un sistema financiero estable y competitivo. Junto
con lo que les puede corresponder, dependiendo de los países, en
materia de supervisión bancaria cumplen este objetivo como prestamistas
de última instancia. Esto quiere decir que cuando un
banco dado confronta un problema de liquidez, es decir de escasez
temporal de efectivo, que no puede ser solucionado en los
mercados privados de capital, en particular en el menado interbancario,
puede como último recurso acudir al banco central en
pos de un préstamo.