Abstract:
Una de las consecuencias más persistentes de los largos períodos de inflación
del pasado, salpicadas además por episodios de hiperinflación, es la pérdida
parcial de las funciones de la moneda nacional como reserva de valor, como
unidad de cuenta y aún como medio de intercambio. Por la memoria de los
días de alta inflación, el público prefiere una moneda extranjera, en nuestro
caso el dólar americano, a su moneda nacional.